José Fernando Oyarzún estudió Arquitectura en Universidad Andrés Bello, experiencia de la cual valora la diversidad de conocimientos recibidos, y cuya consecuencia directa fue una mirada amplia que hoy pone al servicio de la tarea de aportar a que familias en vulnerabilidad social sean felices en los lugares que habitan.
Te notas satisfecho y orgulloso de las tareas que realizas.
Sí, pero tengo nuevos sueños. Por ejemplo, quiero desarrollar algún tipo de vivienda modular, plegable, transportable y autosustentable. Ya la tengo pensada, y mi idea es que sea destinada a familias con dificultades económicas, a las que recién empiezan, a inmigrantes; casas de calidad y duraderas que el Estado ponga a disposición de ellos, pero que no sean propiedad de nadie, y que sirvan en incendios y otras emergencias.
¿Qué herramientas te dio la Universidad Andrés Bello para adquirir esa mirada social?
Pienso que fue, sobre todo, una mirada amplia. En ese sentido, fue clave la diversidad de materias, que sobrepasaban el taller, y que incluían economía, historia, urbanismo o temas sociales. A su vez, recuerdo que en la carrera teníamos una gran biblioteca donde pude acceder a variados contenidos.
Fue clave esa amplitud para tu carrera profesional.
Sí, pero también lo fueron distintas personas de la universidad que me ayudaron a encontrar las vías para que pudiera terminar mis estudios, considerando que tuve dificultades de financiamiento. Al respecto, pienso que si no hubiese sido por esa ayuda no habría podido titularme y, como consecuencia, el trabajo que realizo con mi empresa, y con el cual contribuyo a mejorar la vida de muchos, nunca hubiese sido una realidad.